En sentido figurado,
“de mear y no echar gota”,
se dice cuando una cosa
es chocante en sumo grado.
Nunca habría imaginado
verme yo en la situación
literal de esa expresión,
sorprendido y angustiado
por la crisis mingitoria,
que una sonda aliviaría
de manera transitoria.
Al final, de no echar gota
me salvó la cirugía:
bisturí y punto pelota.*
© Xabier Abando, 06/01/2018
(*) La solución de esta historia
la encontré en la cirugía
y aquí paz y después gloria.