Bruma mutándose en luz.
Vendaval tornando en brisa.
Terremoto en un susurro,
que los labios acaricia.
Murmullo que deja el viento.
Recuerdo de ser ventisca.
Aleteos de mariposas.
Como vértigos vibrando,
en laberínticas tripas.
Perdidos en el zaguán.
Donde los recuerdos medran.
Dormitan los pensamientos,
que en sentimientos palpitan.
Furtivos los besos fueron.
Más como esclavos quedaron,
al encontrar otros besos.
Era tan dulce el sabor.
Que dormidos se quedaron,
entre sus jugos libando.
Sueños prendidos del tiempo.
Como guirnaldas colgando.
De seda son los recuerdos,
aunque se acabe el amor.
Como juguetes sin voz.
Quedaron las sensaciones.
Noches en vela pensando.
Promesas de mil colores,
que el viento se las llevó.
Amarrada al corazón.
Queda la dicha pasada.
Latiendo en las madrugadas,
cuando se pierde el control.
Luces y sombras se alternan,
entre la Luna y el Sol.
Olvidado en el desván,
donde los duendes conversan.
Vive soñando recuerdos.
Contando viejas leyendas,
un esbelto trovador.
A. L.
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