Mirando las estrellas reverdece,
callada la esperanza del amor,
dormida y acurrucada al calor,
del pecho que sin duda la merece.
Un hombre con pasión la hizo soñar,
su trato la expresión de caballero,
sutil, siempre el detalle fue primero,
sin duda, la persona para amar.
Historia venturosa se vivía,
la luna de marfil los cobijaba,
así la libertad los atrapaba,
viviendo intensamente cada día.
La magia de repente pierde el brillo,
la sombra de la duda prevalece,
llegando la tristeza se establece,
se roba la ternura como un pillo.
Se ciernen nubarrones en el cielo,
tormenta asegurada desafía,
aquel amor ingenuo con porfía,
la lleva a renunciar al cruel flagelo.
La paz se recupera es un consuelo,
que deja el corazón libre de penas,
y anuncia un horizonte sin cadenas,
Sus alas renovadas alzan vuelo