Unmeld

A Erzsébet

Me duelen, en el alma, tus relatos
bosquejados como infantiles garabatos
que se descascaran en las paredes ajadas
de antiguas casas que ya no guardan nada.

Me muerden, tus dientes, los labios
con la pena del enjaulado canario:
con mas tristeza que rabia
rogando placer, asolados.

Frías pueden ser, las lunas de diciembre
si dejas al dolor anidar en tu mente.
quisiera brindarte resguardo, cobijo y aliento
quisiera fundirme en tu abrazo
desnudo y la mar de contento.

En vela de días, tardes y noches
transcurro entre el murmullo digital de tus noticias,
a quien ruego por tu salud me oye y se olvida
a quien ruego por tu presencia
ya se ha ido de mi vida.

No corras a la sombra de los indiferentes
hay luz en tus ojos que quiere ser mostrada
con toda la fuerza de tus pequeñas manos
con todo el fuego de tu pasión desencadenada.