Tejiendo a diario los amaneceres
embrocados de mil ilusiones
y abrochados con botones
de lágrimas mil, de mil mujeres
Despierta la Penélope cotidiana
luego de destejer con gracia
el ajuar que conforma reacia
para aparecer más feliz y humana
Pero sólo la mujer que sola duerme
esperando siempre al Odiseo
Que encendió antaño su deseo
y que espera de noche sin que merme
La ilusión de que le anidara el amor,
encuentra coherente su afición
a a vivir de ficción e ilusión
en espera del mágico conquistador
Que envuelto en disfraz de mendigo
Tiemple el arco, y dé en la diana
que haga refulgente la mañana
Tomando todo amor que por él abrigo