Enredado en las notas.
Vive inquieto el sonido.
Preso en el pentagrama,
queriendo ser oído.
En cárceles sujeto,
por invisibles hilos.
Sus brazos son tan largos,
que abarcan lo infinito.
Acariciando el aire,
que le lleva consigo.
Espíritu que sueña,
con romper lo prohibido.
Alegre serenata,
que endulza lo vivido.
Besando cada fibra.
Enjugando las lágrimas.
Arropando los fríos,
de los helados días.
Deteniendo la hidra,
que invade los sentidos.
La nota se disuelve.
Nada en el laberinto.
En la espiral eterna,
de sólidos principios.
Vagabunda incasable,
que soporta el martirio.
Aprendiz y maestra.
Experta en el oficio.
Alegre se despierta.
Acusando al sentido.
Atrofiado se duerme,
en pensamientos cíclicos.
Rebotando la mente,
al sentir su latido.
Con alegres piruetas,
descartando los mitos.
Plácidamente sueña.
En el colchón de notas.
Recuerdos sin sonido.
En apariencia muerto.
Pero por dentro vivo.
A. L.
http://alupego.blogspot.es/2