Soneto meridiano
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Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo;
enfermedad que crece si es curada.
Éste es el niño Amor, éste es su abismo
Francisco de Quevedo
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Desnudo vocablo. Amor,
la figura que no engaña
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Hipnotizando al pintor,
es oda, poeta, unión
su lirica, comunión
adjetivo alude. Ardor.
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Caricia que al alma baña
mi pleitesías no excedo
me pierdo en su telaraña
silencio, complejo… quedo,
la Gloria excelsa de España
Don francisco de Quevedo
que con su versar brillante
Amar… quería el amante.
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Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
“Hombre de Maíz, 2009”
Guatemala, C. A.