Esteban Mario Couceyro

Un tren a Roma

Annetta estaba sentada

esperando

en un desesperado

ir y venir

del péndulo

ya habían tocado la media hora

tanto hacia que esperaba

en la sala de esa estación

pueblerina

de La Crocetta.

 

Se había levantado

con las primeras luces del día

preparado la pequeña valija

con unas pocas prendas

todo lo que tenía.

 

Salió apurada

por los senderos

hasta la estación.

 

Su corazón

se remontaba

con los pájaros

que rasantes

alborotaban

sus propios vuelos.

 

A medio camino

se cruza con Pedro

que sentado al costado del carro

le pregunta

Annetta adónde vas –

..

Ella girando sus pasos

le contesta

 

__ A Roma, con Carlo __

 

Pedro, siguió el camino

diciendo algo

que ella no entendió.

 

Nuevamente las campanadas

dan la hora.

 

El tren está llegando

ella mira a los lados

del andén

sin encontrar

a Carlo.

 

 

Annetta toma su valija

y levantando la barbilla

pide un boleto

para Roma.