De ondas espumosas la mar se encrespa,
la barca del pirata -"viento en popa..."-,
por Capitana de color trigueño
está gobernada, ondeando al viento
la bandera, bordada en oro y seda.
Barquichuelas reman sueños de azul...
Alborotadas estallan las gaviotas.
La noche viene: dulce y argentina.
Mi Capitana y yo -arden los adentros-
mezclamos los besos entrelazados,
notando la suavísima ardentía...
-testigo mudo, el titilar de estrellas-.
Nace el crepúsculo: suave amatista.
Entro desnudo en la ducha fría
donde ella rociándose está cuán bella:
delicia para darle mar de amor,
suavizándole sus gacelas tiesas
-el amor hicimos bajo la lluvia-.
.........
Ilusiones radiantes, de añoranzas,
entre los tizones saltan ,crepitan...
No estás tú: la de mis ardidas ansias,
la de los sueños que me desvarían,
la de las largas noches, pensativa
-en los cristales golpea la lluvia,
en los cristales topa todo el viento-.
Mi pensar reflexivo entre las manos:
"¿ por qué Dios no no me ha hecho ser feliz?,
¿ por qué Dios no me hace morirme ya?
Dios no es por el camino de la Vida."
Pulso la lira: lira en salmo herido.
La Aurora sonríe cual joven tímida.
Lecho embriagado de vino oloroso
la bodega de su interior destila
-cuánta pasión hondera se desliza...,
desnudándola yo de la prenda íntima-.
De entre montes el lucero nacía...
-Salvador-