racsonando

¿Sólo letras?

¿Sólo letras?

Hay en estas letras un sabor a vida y contemplar de anclas,

una ruta de sonidos y de barcas... que respira, que reclama, que dispara,

que insinúa... y señalan, una ruta que no espera la esperanza.

Hay un sabor a rosa dulce, rosa fresca que no tarda;

un sabor a rosa amarga que se amarga y son las armas que tu cargas

y los cuchillos que desangran...

Letras necias que desgarran... lo profundo de las almas,

de las vidas y sus sueños de labranza.

Hay en estas letras un encuentro de susurros

y de noches y de días con sus alas

y de grillos insolentes con sus arpas desgastadas.

Es un dolor de días y de auroras con esfinges bifurcadas,

cruel agravio que se escapa, que se oculta

en rincones y portones y en ventanas enceladas.

Estas letras, como niños de sonrisas y colores a sus hadas,

pincelazos de pintura cual moradas.

¿Hay acaso en estas letras un sabor a vida y un sabor a nada...?

Es aquello que respiro lo que agosta las distancias,

es todo lo inasible lo que tanto me retarda,

Son las dudas infinitas que margina este sello de alabanzas.

Es el llanto, un campanario... que resuena, que retumba

cual quejido de añoranzas.

¿Son las penas de este mundo, letra negra y letra blanca...?

Que deambulan en un filo de cuchillos, de pistolas y metrallas que asesinan la esperanza.

Estas, letras que resumen un bullicio de sirenas...

que me aturden, que me atrapan, cuando ondeo mi bandera

y soy timón de nuestra barca.

Letra extraña, amarga letra, letra ciega, letra larga...

Y ese canto de sirenas al Ulises exiliado... Al Ulises, bajo el sueño de su Ítaca.

                          Racsonando ando