Quiso tal ves el viento
llevarte como una hoja
sin espera el intento
pues ahora se deshoja.
Eras una verdadera belleza
dorada tu piel morena
como negra realeza
en un río de ventisca serena.
Cuantas veces has jurado
por un pensamiento claro
ser por el motivo dado
para él un verdadero faro.
Y se apagó tu fanal
como entre cerros el gemido,
todo había salido mal
tu cariño era un hálito perdido
No se te reprocha nada.
solo decirte que la locura
es una neblina de invernada
que la mente aún no cura.
Mañana volvera el viento
con sus manos desgarradas
con ese gran sufrimiento
por sus hojas desparramadas.
Un adiós que se tritura
en una vana consecuencia
como vieja partitura
deshojada sin licencia.