OREJERAS NO, GRACIAS
No nos preocupen las ojeras
ni el cansancio que producen,
son peores esas orejeras
que ponen quienes nos inducen,
y con sectarismo introducen
sus ideas como si nuestras fueran.
Huyamos de las tijeras
y de quienes estas conducen,
si los que las manejan lucen
eslóganes en sus pecheras,
o puede que un día usen
como suyas nuestras carteras.
Prefiero caminar despacio
y actuar sin mucha prisa,
aunque a otros cause risa
o me tomen por batracio;
¡Jamás cambiaré mi camisa
por un viaje al espacio,
pues soy de esa gente sumisa
que no conoce el cansancio,
y aunque voy muy poco a misa
no me considero rancio!
Joanmoypra