Se acabó el bullicio
del tráfico y sus apuros
el rodar de una carreta
se silencia y se alumbra
con el farol que cuelga
en el poste de una esquina
y la atmósfera se impregna
con aroma de anticuchos
choncholíes a la plancha
sazonados con ají picante
En la cuadra siguiente
emoliente y café caliente
hacen desperezar la noche
Las moscas y la gente de corbata
dormitan frente al noticiero
absorbiendo heces televisivas
propias de la pantalla de plasma
Hora es del maleante
vendedor de marihuana
y de la pasta el traficante
(de la noche a la mañana)
Una mujer de ojos vivaces
apura su entrada en la discoteca
ante el escudriño
de los ojos del vigilante
adentro le esperan los humores
de parroquianos y alcahuetes
el bar tender y las colegas
damas de la noche
La bebida y los olores
alternan entre destellos de neón
luz negra y ultravioleta
producen brillos
en las córneas y los dientes
Ansiosos y sonrientes
los adictos al éxtasis
ríen su alucinación
Los que se toman de las manos
genitales en acción
“son pareja de ocasión”
¿por qué demoran tanto?
es muy lenta su erección
no van con el frenesí
pocos llegan a la eyaculación
En el otro lado de la iglesia
que es la que divide a la ciudad
donde mora la alta sociedad
los choferes de gorra militar
abren portezuelas
para dar paso a los dueños
de la gran urbe señorial
burgomaestre congresistas y pianistas
reporteros abogados economistas
ministros jueces y eclesiásticos
son la crema y nata de la sociedad
hay una recepción por la efemérides
recordando a un gran señor
Los cristales del salón
intercambian brillos con circones
de los dijes con que orlan
los estirados cuellos nacarados
y las pulseras de brillantes “fashion”
Intercalan los aromas de perfumes
en aquel círculo que captura
los cierres millonarios sin licitación…
Copyright © Rodolfo Dondero Rodo
12.04.17