Me siento más perdido, que nunca y ni el olvido, me alivia
¿Quién soy y para que estoy, en este solar terrenal?
Todos pasan de mí y se me hace cuesta arriba, mi biblia
Esas oraciones, que murmuro en vano, en lo celestial…
Las cosas, los quehaceres que me dejo, en el camino
Y vuela mi alma, hacia la depre que domina, mi egoísmo
¿Qué hago, en este mundo? Me pregunto, a cada segundo
Y no encuentro las respuestas, que me saquen, del abismó…
Estoy de más, en el pueblo de la Ñora, en Murcia y su huerta
Se desgarran mis adentros, con silencios vanos, he inmensos
Los ligamentos, que componen la figura, de toda mi silueta,
Se apaga y vive ahogada, en el mar de mis amores, pasados…
Las curvas de mi destino, mueren sin remisión y sin cariño
Mi desilusión, es un rio sin mar y no tiene salidas, para desembocar
Por esto es más duro, mi existir y más agonizante, su dominio
Se evaporan mis cedulas cerebrales, sin la visión de poder, sanar…
Para seguir navegando, en los sueños, de mis mares y mis ríos
Pero aun así les sonrió á todos, aunque este agonizando, por dentro
La desesperación es la ciudad, que se ha posado, en mis latidos
Y mi respirar, vive pidiendo auxilio, porque nadie entiende, á Modesto.
¡No quiero fortunas, ni placeres lujuriosos, solo le pido a la vida, que le dé una tregua a mis tormentos!
Modesto Ruiz Martínez / sábado, 14 de abril de 2018