Hay lágrimas, hay lamentos.
Vivo no me siento y
con ganas de partir
en este oscuro momento.
La muerte ronda cabeza
como la hojas en el viento,
y se posa con firmeza
un lúgubre sentimiento.
Llevo días mirando al viento
y es el río más incierto.
¿A quién le muestro tristeza
y que no me importa el aliento?
Sólo cuando me trague
la lágrima liberadora
de la muerte se ahogará
este lamento triste.