Ojalá fuese capaz de encerrarte
entre estas cuatro paredes
y día y noche sin descanso amarte
hasta envolverte en mis redes.
A veces eres como un gran incendio
que no se contiene en mí.
y me duele tanto tu desapego
que me parece morir.
A veces, como la mar, me erosionas
y me inunda la tristeza
y aunque me confudes y me obsesionas
solo deseo una pieza.
A veces quiero, cuando te aborrezco,
nunca haberte conocido
y me aflijo al creer que te merezco,
por merecer un castigo.
A veces, sin querer, te ansío tanto
que noto el cuerpo temblar
y por más que finjo que te suplanto
no te alcanzo a sofocar.
A veces parece que estás conmigo
y aunque sepa que es mentira
fantaseo con tu presencia y sigo
la senda del que delira.
Pero qué importa, no puedo elegir
eres destino y condena,
eres desear vivir y morir,
eres piedra y eres arena.