Claudio Batisti

Traición sin argumento (Vigésima)

 

Los párpados se cierran soñadores

en tu cuerpo que tiembla hacia la nada,

tu voz es la proclama desquiciada

donde anidan mensajes pecadores.

Tus deseos son meros invasores

en este corazón que está contrito.

Donde amar o no amar no es un delito

en tu vieja traición sin argumento,

que rigurosa mueve el sentimiento

hacia el radio de tu iris pequeñito.

Tu existencia destino del Bendito

es ansía de tiempo, de un instante,

que huye con paso enorme de gigante

hacia sombras oscuras que no admito.

Con el ceño fruncido de tu grito

no puedo equilibrar la paz del día.

Ya el muy lejano amor me requería

implorar en las puertas que yo amaba,

pese a que tu desplante lastimaba

asumiendo que todo cambiaría.

 

Claudio Batisti