Si deseas que te acaricie con siete abrazos
desmiénteme porque tengo vocación de iluso
suerte impar que palpita
entre las yemas de los dedos
con ilusión de gota escarchada
presencias agónicas que acrisolan pieles
hasta el vaciado del alma
quise restaurar las hélices de mi sangre
viajera en sueños
mediante los tañidos del lenguaje alado
voz que flota como iceberg de silencio
al hacerse a la mar el inventario de tus cinturas
untado el último habla al gorjeo de la alondra
por alusión
sello invertido del idilio
escaparates de ánima melodiosa
que con cadencia gatuna
despiertan la carnalidad del incienso
sonrisa que esboza la costumbre sobre tu rostro
y perdura cual preposición de radical impostura