El gorgoteo incesante por las calles
es mi alarido
mi estridencia
un eco
ante tu ausencia
y a pesar de las plegarias
los vientos no te soplan
no acarrean a nuestra coincidencia
ya mi esperanza ha trepado
a la fúnebre carroza
pues la distancia sin signos de encuentro
ha hecho que las florerías
maquilen mil coronas.
Ya llegó el artesano del epitafio
que se inscribirá en esta tumba
y en algún fragmento de la leyenda
rotulará:
\"y aún en pleno entierro
hubo rastros de fe\".