En algún momento te llegará un poema
que no invoque la fría y oscura noche,
que no se valga de los colores del arcoíris
ni del prístino perfume de las flores.
En algún momento te llegara un poema
que no recurra a la inmensidad del mar,
ni a las aves, ni a las cristalinas fuentes.
Que no te remita al brillo de las estrellas
y que tampoco señale una estrella fugaz.
En algún momento te escribiré un poema
que no hable de tu piel o de tu mirada,
un poema que no requiera palabras,
y se recite en una simple mirada,
Sin metáforas, sin verbos, ni adjetivos.
Un poema que diga en silencio tu nombre,
que huela a ti y se arrope en tu tibieza.
Un poema al ritmo de tus pulsaciones
y la tierna danza de tus manos.