Jose Luis Morales

OLVIDANDO EL OLVIDO

 

 

Recibió mi regalo envuelto en el papel

rugado y quebradizo de los años gastados.

Me miró largamente y leyó mi recado

en silencio, moviendo los labios.

No le dije porqué ya no quise volver

y al final me alejé de su lado.

No lloró. Me deseó lo mejor,

me sonrió sin dolor

y la puerta cerró… sin candado.

Regresé diez mil veces a su lecho fatal,

hasta ver fallecer en su cuerpo mis ansias de barro.

Ella fue en aquel tiempo la que supo crear

de una pluma tirada un gorrión, y hacerlo cantar

las canciones amargas de antaño.

Ella fue la que me hizo llorar

cuando supo olvidar

lo vivido en su mar de naufragios.

Las palabras “te quiero” nunca fueron, jamás,

parte alguna de su diccionario.

Y aquel “yo te deseo” se tornó en letanía

que llenaba su diario.

De su copa de vino supo hacer una fuente

que embriagaba mi alma y causaba mi sed

de querer ya no ser lo que fui en su pasado.

La olvidé al igual que se olvida

un recuerdo muy triste que queda

para siempre arraigado a la vida,

y que habrá de surgir con uñas de metal

para abrir otra vez nuestras viejas heridas.

 

©Luis Morales

Diciembre 23 de 1986