PAUSAS Y PRISAS
El problema de las prisas
que todos bien conocemos,
solo un instante nos vemos
y perfilando unas sonrisas,
nos decimos ¡hasta luego!
más, cuando llegues, avisas.
Esta vida hacemos trizas
intentando hallar el ego,
que nos quema como fuego
pues él nunca cicatriza;
para al final ser un ruego
por cuanto nos atemoriza.
¡Qué agradable sentir la brisa
al despuntar la mañana,
y asomado a una ventana
oír la bulliciosa risa,
de toda esa gente sana
que de la vida es sumisa;
sin importarles quien gana
ni el color de su camisa!
Joanmoypra