Era un corazón valiente
que vio a su gente ultrajada
le dolió su gran miseria
sin futuro ni esperanza.
Bajo un puñado de besos
se despidió de su casa
y con sus ojos llorosos
y sus sueños bajo el ala
le dice a su santa madre
con voz sonora y gallarda:
¡Es patria libre o morir!
¡Promesas de briosas almas!
Se fue con alma aguerrida
con su mochila a la espalda
y cubierto de coraje
le vieron pasar las garzas,
llevaba su pecho henchido
porque adoraba su patria
era su sueño profundo
verla libre y soberana
y con su timbre lozano
su voz enhiesta clamaba:
¡Es patria libre o morir!
¡Promesa de blancas almas!
Y combate tras combate
su espíritu no cejaba,
aquellas verdes praderas
de nuestras bellas montañas
hoy lamentan la partida
de quien con amor luchara
por la equidad y justicia
que nuestro pueblo añoraba,
se quedó silente y triste
el gorrión que acompañaba
el canto de este valiente
que con su sangre abonara
ese sueño traicionado
en nuestra gran Nicaragua.
Hoy tan solo se oye el grito:
!La patria fue traicionada!