¡Quédate hoy, quédate!
¿Por qué te vas siempre al amanecer?
No quiero tenerte tan sólo
en las noches de placer en soledad.
Con cada huida pones
a mi amor, fecha de caducidad.
¡Quédate hoy, quédate siempre!
¿Qué te cuesta mentirme un poco más?
Y despertar despojando
de mi cama este ansioso deseo de dar.
No me pongas trabas,
déjate llevar del amor de esta aprendiz.
Así, todas las sombras serán luces,
todas las mentiras, verdad,
el hastío se tornará esperanza y la tristeza,
felicidad a pequeños
sorbos que mi boca te dará.
¡Quédate hoy!
¿Qué más te da!
Si al fin al cabo,
sólo soy un sueño
intermitente,
rompiendo tu realidad…
Pilar González Navarro.
Abril 2018.