En esta tarde fría y nublada ,
tu rostro se pasea en mí,
escucho la tibieza de tu voz
y un grito se escapa de mis manos
llevándose mi lejanía en pos de ti.
Corro hasta nuestro parque
y te agigantas en mi camino.
Ya no soy yo…
Somos solo un sueño de amor
entre los árboles
y pasan en los torbellinos de mi mente
tus palabras que caminan delante de mí
y yo... las contemplo.
¡Qué instantes plenos de ti
en esta tarde fría y gris!