Mi derrota es el pesimismo,
al costado me acompaña el mundo.
Siempre anclado siempre dramaturgo
siempre exigiendo respeto por lo sufrido
He callado para arrodillarme a tu insomnio
eludiendo lo despiadado e injusto.
Mírame a los ojos y dime qué oculto.
No te recuerdas por tu espejo sucio.