Y al final resulta
que somos disfuncionales
porque lo que sentimos nos gusta
pero sabemos que son sueños inalcanzables
porque la perspectiva nos angustia
porque cargamos historias desiguales.
Porque de todo lo que sentimos
sabemos que al final nos arrepentimos
porque por mas que la perspectiva sea bella
siempre al final con la realidad se estrella
y así quedamos guardando los sentimientos
en el cofrecito de los sueños sin consentimiento.
Y dejamos los besos y la pasión
para el dominio de la simple ilusión
y lo que podría haber sido
en un rincón del alma escondido
y sin embargo encerrado en ese rincón
sigue vivo en una esquina de mi corazón.