Ya no aguanto más. Esto me carcome,
Poco a poco debora mis entrañas;
Te quito como quito mis lagañas.
Vuelves a aparecer incomodándome
En mis horas de sueño y desvelo;
Contigo, el insomnio, es el duelo
De cada emerger de la noche oscura.
He llegado al borde de la locura,
No te dejo de pensar en mi sueño,
Pues, de él te has convertido en el dueño.
Todas las rutas conducen y llevan
A donde nuestras miradas se elevan,
Se cruzan, se unen como dos partículas
Y terminan siendo cosas ridículas.