Yo no quiero ser el aire que respiras
Quiero en cambio, robarte el aliento
Bebérmelo en un beso largo y profundo
Y en tu desmayo, quedar impreso
No quiero adueñarme de tu vida…
Sino acompañarte a sentirte viva
Herirte el alma de amor, cada día
Y sangrar contigo, la diaria herida
Yo no quiero secar el llanto de tus ojos
Sino provocar tus lágrimas de placer
Hacer de tu cuerpo jardín de gozos
Y oírte gritando, jubilosa, al amanecer
No quiero tu amor para morir por eso
Ni esperar la eternidad, sólo para verte
Ni quiero ser el primero, en tu cuerpo
Acaso el único, con un poco de suerte
Porque al final de cuentas, mis “no quiero”
Sólo son pretextos para la alegría
Sabes que son tantos los escollos y los peros
Que amaría, algún “quiero” tuyo… cualquier día