Ron Alphonso

Llueve, mi niña...

Llueve, mi niña...

 

Llueve y bendigo esta lluvia celestial, porque es energía que reconforta y da vida,

no es esa cruel lluvia de muerte, bombas asesinas lanzadas con sevicia

y la falsa promesa de preservar la vida.

Ayer morían envenenados con gas, hoy destrozados por las explosiones...

es eso preservar la vida ?

 

- Tienes razón, cuanta crueldad se está viendo y viviendo, dime mi sabio maestro ?

Que es lo que podemos hacer para parar estas guerras absurdas,

que mientras unos se lucran... los indefensos mueren?

Se han vuelto locos, ya no tienen control, yo te amo,

aún con el alma triste por cómo está el mundo, me afecta mucho, no puedo evitarlo.

 

- Si amor, es terrible... desde donde estemos,

siempre debemos mostrar nuestro repudio a toda clase de violencia,

a esa miserable costumbre de no valorar la vida,

de matar la semilla y morir de hambre por falta de frutos,

habrá oídos abiertos, que despertarán bocas

y nuestro clamor será la lluvia que reavive la vida.

Grita, mi pequeña... no te calles nunca, pero no te sueltes aún de mi mano,

ni tu ni yo podríamos sobrevivir si no nos tenemos.

Ya tomarás coraje para protestar y protegerte, entonces...

en tu lucha solo necesitaras de mi recuerdo

que no cesa de decirte: por amor, hasta la vida misma.

 

- Si mi maestro, no puedo dejar de gritar, es un lujo que no me puedo permitir,

porqué desnuda y gritando, así pienso irme de este perro mundo.

No pienso soltarme de tu mano, porqué cometería una locura

y sería peor que ellos y no lo soy.

Me estaré volviendo loca, abuelo amor ?

Pues ya hablo sola, no sé cómo parar todo esto,

para que no sufran más personas inocentes, sé que no está en mi mano,

pero quiero que cese está guerra, abuelo.

 

- Ay amor, como quisiéramos poder hacer algo para hacerle entender al mundo…

que vamos a la autodestrucción,

que no podemos seguir matando a personas como si fueran ratones o cucarachas,

menos a los niños que son dueños del mundo futuro.

Pero se siente uno tan impotente, ante estos estúpidos asesinos.

Que fuerte esto, te amo, mi pequeña niña.

Ven acúnate en mi regazo y repite conmigo: Padre nuestro, que estás en el cielo...

 

Ron Alphonso.

16 de abril de 2018

Con la colaboración de Xilvia Begoña.