El problema no eres tu,
Ni tu ausencia, ni tu recuerdo.
El problema no es tu piel
Suave permanencia del deseo,
Ni tampoco son tus besos,
Ni tus manos hechas para mi
A la medida de mis sueños.
El problema no es tu cuerpo,
Ni los viajes nocturnos
Al escondite de nuestros desvelos.
El problema no son tus piernas,
Ni su abrazo incesante
complacencia de lo mundano.
El problema no es tu voz
Como tampoco tus silencios,
No es la calma de saberte,
Ni la angustia de lo incierto.
¡No vez amor!
El problema soy yo
Y el espacio vacío
Entre mis manos y mi pecho.