De un sueño, nace unos versos.
De un amor o desamor, la poesía.
El cerebro va limando las palabras,
para que el corazón las escriba...
Un sueño, hace que escriba
dormido mis sentimientos,
que plasme sobre el papel,
lo que por ti estoy sintiendo.
En esas horas de calma,
voy fabricando los versos.
¡Dormido! ¡Soñando! Escribo...
Para dártelos despierto.
(ermanué)