Que los días
no pretendan
mi larga estadía,
solo amaneceres,
ni las noches
que a ellas
me entregue,
solo amaneceres,
cuando el sol
en el horizonte,
anuncie un
nuevo día,
cuando el cielo
ilumine mi
existencia,
me sentiré vivo,
cuando las praderas
y las montañas,
los ríos y
los bosques,
se pinten de
bellos colores,
será el comienzo
de un nuevo existir,
siempre
en mi vida,
solo quiero
amaneceres
los días y
las noches,
son continuidad de
hechos cotidianos,
deseo caricias
renovadas,
besos creativos,
risas espontáneas,
cuerpos danzando
en el aire,
con el canto de
los pájaros,
bendición de límpidos
rocíos cristalinos,
tiernas miradas
besando mi cara,
con fragancias
tempranas,
y aromas de
mujer excitada,
manos generosas
señalando
el futuro,
sin mezquindades,
y bondadosos
corazones,
que alegren
mi vivir,
Dios mío,
no te olvides,
solo quiero
amaneceres.
Víctor Bustos Solavagione