Un soplo caliente en noche estrellada,
creí que soñaba,
sería una ráfaga de viento suave
que pareció cobrar vida acariciando mi cara.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo
empapado y húmedo
cuando compruebo la calma,
mi mirada fija en el firmamento
con la misma luna azulina y blanca.
Acelero el paso en la arena blanda
y me rio por dentro de mis pensamientos,
desde hace mucho que no creo en esto.