Decimos lo que provoca
porque el verso se apresura
sin reproche ni atadura
cuando inspiración convoca.
Todo lo bello se evoca
para fluir como el río
que riega por el platío
su grata munificencia
como fluye la consciencia
con su prístino albedrío.
Decimos con la verdad
que creemos poseer
todo nuestro parecer
pleno de seguridad.
Firme es nuestra voluntad
de construir verso a verso
el más sublime universo
que nadie imaginaría;
para eso es la poesía:
para el discurrir diverso.
También nos equivocamos,
el poeta es ser falible,
pero entre lo inteligible
de todo lo que expresamos
decimos porque pensamos,
pensamos porque decimos
y el gran amor que sentimos
como un latido en el pecho
lo expresamos con derecho
en todo lo que escribimos.