En una noche estrellada, bajo un cielo iluminado por la luna,
me leíste un poema de amor sin título, tus manos temblaban como las hojas del otoño
mientras mi corazón latiendo a mil por hora repetía en silencio:
¡cuanto te amo!,amor ¡cuanto te amo!.
Y tome tus manos temblorosa con las mías para sentir en el silencio de la
noche, el abrazo sutil de un hombre enamorado,
Entre el sudor de tus manos, y el temblor de mi cuerpo
las palabras del poeta se fueron esparciendo, entre sábanas y besos,
para devolver a la noche mas oscura, el mas claro amanecer que
los rayos de sol anunciaban, envueltos en frazada el abrazo fugaz.
Las hojas del poema quedaron esparcidas en el suelo, intentando retomar
la lectura donde la habías dejado y te dije: No quiero! que leas mas, solo quiero
mirarte y perderme en el gris de tus ojos, en el mar de tu mirada,
en la suavidad de tu piel.
Y envuelta entre sábanas te miraba desnudo, pero al mirar tus ojos,
no veía tu cuerpo, vi tu alma desnuda. Y pensando lo vivido
y añorando lo soñado recogimos cada hoja de ese poemas leído
que nunca supe su título que no llego a concluir¿por qué?
porque estábamos amándonos locamente.En ese cuarto cerrado,
susurrando al oído ¡Cuanto te amo,amor ! Cuanto te amo!