Después de vagar un largo hastío en la penumbra,
quiero en mi silencio hacer estrófico poema,
desenlace a lo incierto donde la ruta encumbra,
y estremecido sea por sollozos de mi alma.
Que hable de mi vida mustia y sus ardidas penas,
en momentos cruciales cuando acechan calma,
y me envuelve en un rictus amargo de nostalgia,
en noches temerosas de no alcanzar el alba.
Un ciclo vital, fenece entre zarzas y espinos,
siendo llama intensa que poco a poco se extingue,
sin que nada mas de provecho su seno albergue,
pues a salud sorprende certero golpe supino.
Por amor que agoniza, sin esperanza alguna,
y peso de un cuerpo desgastado que se queja,
bajo ruedas gigantes de ilusiones sin fortuna,
viendo la felicidad soñada que se aleja.
Del tiempo fugaz, que no alcanza el norte,
soy barcaza sobre océano gris sin horizonte,
de luz y de color que se oscureció en la aurora,
cuando el pensamiento vive su mejores horas.
Habìda gloria y un despertar entre las sombras,
son daga y pasión de un adiós que a nadie importa,
de una vida vacía terminando entre ruinas,
sin completar sus metas ni fijadas cuitas.
Pero...¡No se!¿Cual la triste melancolía?
¿Si la vejez, o soledad, habitando el alma mía?
sin palabras de fe, ni sus caricias de viento,
sino la compasión, del porvenir sin aliento.
Gravita en mi, espectro del sueño que un día,
fue paraíso de estrellas y pasiones furtivas,
Tan efímero, superfluo y real en lo inefable,
que refleja montaña de amor inconmensurable,
Viviendo al final de lo etéreo, nada percibo,
sin alas de gaviota para proseguir mi vuelo,
solo dolor y un murmullo de aguas al oído,
muere el cuerpo cada segundo y mi mundo acaba.
Amados, creo me acerco a la temida cita,
por eso dejo letras de mi alma prescrita,
a futuros soñadores que acompañen mi camino,
y tal vez encuentre a Alfonsina al cruzar el mar,
acompañándome a morir, sin dejar de amar.
Con universal amor,
se despide Raquelinamor
20/04/2018