Mientras el cisne elegante vuela
y adorna bellos paisajes,
en el hogar de los pajes
hay vestidos humildes sin tela
que brillan entre parajes
y niños sin ilusión de escuela.
La corte, amante de la canela,
se adorna con bellos trajes
y degusta el clasista champán
del gran Renoir en Versalles.
Exótico, un visir de Ceilán
oye el clamor de los valles:
¿Cuántos cisnes rebosan de pan
sin ver la vida en las calles?