Muestra su hermosura.
Cuando la luz asoma.
Cuando sonríe el alba.
Cuando la madrugada.
Salpica de luceros,
la ennegrecida noche.
Alimento de vida,
que la luz enriquece.
Arrebata la luz,
que ilumina la senda.
Velada oscuridad,
que protege la infamia.
Replegando sus hojas,
la preciosa gazania.
Protege la riqueza,
de sus bellas entrañas.
Desplegando los brazos.
Como una enorme vela.
Impulsa la conciencia,
presa en la duermevela.
Soplan los viejos vientos,
empujando a los nuevos.
Sospecha de los hombros,
que se alzan de nuevo.
Breve nota en el margen.
De la voz que se asoma.
Atrevida al instante.
Prudente en la sombra.
Grita desaforadamente.
O a murmullo retorna.
Cuando indigna la forma.
Y el fondo se traiciona.
El camino es la lucha.
En la sombra traiciona.
En la luz se vislumbran,
las posibles derrotas.
En la eterna premura.
El sendero es más ágil,
si clara es su andadura.
A. L.
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