Un sueño, una ilusión, un desvarío,
La perfecta ambigüedad de una sospecha,
Que aturde y confunde mi sorprendida alma,
Como un espejismo en un desierto ausente,
Mi mente atraviesa fronteras de hielo,
De fuego, de hierro, de oro y de plata,
Deshace coronas de cardos y espino,
Compone sinfonías de luces y sombras.
En vano intento recomponer la historia,
Con falsos valores e imaginarios sueños,
Solo el sudor cálido que moja mi frente,
Devuelve mi conciencia a la realidad presente.
Mi mente es vida y mi cuerpo muerte
Mi esperanza ilimitada a la acción del pensamiento,
Razono, comprendo, analizo, con todo mi entendimiento,
Quizás llegue a odiar la luz en este cuerpo de viejo.