ULISES CAPELO

HERMOSO RECUERDO

Gracias a Dios

pude apartarte de mí,

aquel sentimiento profundo

que minaba de a poco mi corazón

ya no lo siento presente,

ya no quebranta mi voz,

ya no sobaja la sinceridad de mi amor,

ya no roba mis lágrimas en secreto,

ya no consume mi tiempo ni mis pensamientos;

tan solo eres un hermoso recuerdo.

 

Por momentos en mi memoria

ahora se presentarán

aquellas imágenes de ilusión

que las pintamos con naturalidad:

como cuando en un descuido

te robé un beso,

y después de eternidades

abrí tu blusa

para topar tus senos

con mis labios

rebosantes de amor y deseo

que no lo pudimos mas contener,

por más de tantos años

que se volvieron en un instante

un ayer.

 

O de pronto volverá en vuelo

la imagen de aquel momento

primero... en que fuiste mi mujer,

dejándo recorrer

nuestros cuerpos

por aquellos instintos

de lujuria y de placer;

atados en nuestro subconsciente

por un mal habido orgullo

y un prejuicio

que tejimos alrededor de nuestro ser.

 

Ese primer momento

que lo soñamos diferente,

maravilloso,

como si fuera nuestra luna de miel;

ese primer momento

en que conocí tu desnudes,

aunque mis manos

ya me habían platicado

de tu sensual y sutil esbeltez.

 

Ese primer momento

en que conocí uno a uno

los profundos poros de tu piel,

escarbando con mi descontrolada lengua

aquello, que sin palabras me dijera

que siempre fuiste para mi,

aunque ahora según tú eres…

una prohibida e indebida mujer...!

 

Aquel momento primero

en que después de degustar

los sabores de tu cuerpo,

perdí mi cordura

absorbiendo el aroma adictivo

de tus adentros;

embriagando mi conciencia

por beber tus fluidos acuosos,

que vertían de tus entrañas,

para terminar extasiado,

y perdido

en mi locura,

en mis mañanas.

 

Momento total y único,

en que la deidad

entrelazó nuestros cuerpos,

de mil maneras,

enredando nuestros miembros;

que al vaivén de las caderas

mojamos nuestra piel

por fuera y por dentro

viviendo la fantasía de ese sueño

que lo añoramos desde siempre,

y que apenas podíamos

empezar a vivirlo,

y en la realidad...

a poseernos.