Seguramente te lo ha dicho el cielo:
Luz permanente, paz inefable
Que abruma nuestros cuerpos;
Inocencia que no se agota
En las filosas piedras de la calle.
Tal vez escuches las bestias y las plantas,
Las primeras llenas de inocencia,
Las otras llenas de color y vida,
Ambas se ruborizan ante la nada
Y dan sentido a la simpleza.
Podrás ver a través del agua
Cristales que la verdad refractan
Develan el miedo y el hastío,
Permean, refrescan la alegría,
Traslucen la vida como la palabra.
¡Todo habla con claridad!
Entonces si la verdad trasciende la vida
Para decirlo reto a la muerte
Y si el amor es una simple alegoría
Prefiero vivir en el olvido.