Hay elogios que dañan más
que una crítica.
Al abrigo de la noche me guarezco.
Atrapo negro un delicioso queso.
Vuelo raudo.
Me poso sobre la rama de un árbol.
Mi instinto es ajeno a la moral.
No sé de eso que llaman el mal.
¡Pájaro de irisado plumaje,
deléitame con tu dulce voz! - dice
una hermosa zorra, de espeso pelaje.
Ufano me invaden sus halagos.
¡Se rumorea a viva voz de tus dotes
de tenor! -se relame de astucia.
Hago aguas anegado, avalancha.
Palabras que confunden mis sentidos.
Ingenuo, abro el pico
Cuajo amarillento que cede vencido.
Gravedad que trueca el botín de boca.
El segundo deseo vence al primero,
al mío.
Ilusión que muere en la orilla.
Quedo mudo de la impresión.
Huyó como alma que lleva el diablo.
Algo muy grave ha debido sucederle.
Algo muy importante para renunciar
a mi portentoso trino.
Ella no sabe a qué se está negando.
Yo sí lo sé.