Fabricio Terán

Vano

 

Cómo susurra aquel bosque

sus soledades la voz

de lo diurno se encierra

en su guarida sutil

 

El fuego

se consume lentamente

entre témpanos de éter

y enmudece el canto

a la gloria in excelsis

 

El vaho

de los animales que aterran

cobra vida e infesta

la noche

le tira a matar

 

El último destello

guardo donde va el llanto

con poca euforia

 

Era de sol

“no hay rollo”

porque eres recuerdo

tan solo

por las siguientes horas