Con las alas rotas
Aquí voy con las alas rotas, pero volando aún
Y es que cuando se aprende a volar bajo la lluvia,
no hay nada que a uno, lo pueda detener.
Mi vuelo no es de exhibición, es de migración,
por eso vuelo bajo para no perder de vista, donde posarme
y calmar la sed, vuelo en bandadas para que valga la pena
y proteger a quienes apenas inician el viaje.
Prometiste acompañar mi vuelo, ala con ala hasta el infinito,
pero tu egoísmo, solo quería al mejor, atrapado en jaula de oro,
para presumirte su dueña y gritar al mundo tu hazaña;
pero el mejor no anida en jaulas, prefiere empapar de lodo sus alas
y ser un ave de pantano, pero libre.
Que pena el falso intento,
el espectante público se quedó esperando el gran show.
Solo pudiste subir a la tarima, que yo mismo preparé con amor
para que mostraras tu renovado plumaje.
Anda, pavonéate soberbia ante los halagos de los falsos,
escucha a los aduladores de tu clase,
que agazapados, esperan el momento de saciar...
su hambre infame, con tus magras carnes.
Yo seguiré de pantano en pantano, invitando a muchos a volar.
Cada aletazo hacia la libertad, que dé un amigo,
abrillanta mas los tonos de mi plumaje.
Vuela con tu majestuosidad de pavo real,
que entre mas alto lo hagas, mi libertad será mayor,
mis orgullos son mucho mas nobles
y mis temores se irán olvidando, cuando mi ojos te pierdan de vista
y entonces deje de ser expíado y mi paz se haga posible.
Pero si algún día quieres posarte nuevamente, ven pronto
que ya habrá límpidas aguas para beber
y sabrás de mi y presumirás aun,
con tu corte de cazadores al acecho,
pero ya no estaré, soy ave migratoria que no se estanca.
No puedo desearte lo mejor, mi escasa hipocresía no llega allá,
solo deseo que vivas muchos años mas, sola... tan sola, como yo quedé.
Ron Alphonso
20 de abril de 2018