Ofelio

RIMALGIA X

Hay quienes dicen y pregonan ser felices
en el bellísimo y feo juego de la vida,
tratan de simular que sólo hay cicatrices
entre el hartazgo de sus úlceras podridas.

Hay quien no distingue bien entre querer a alguien
para compartirle la dicha de su vida,
y necesitar miserablemente a ese alguien
que pueda darle dicha a su mísera vida.

Hay imbéciles que nunca van a entender
que toda herida (hasta la más honda) es curable;
falsas víctimas, deseo logren comprender
que no es arduo dejar de tocar el vendaje.

En fin, sobran letras para hablar de amargura,
es mejor tomar el remedio que me entona:
no, no es malo estar al borde de la locura,
desde esta cornisa la vista está chingona.