Mi voluntad ha sido descubierta
y entumecida, se estremece en un rincón
intentando en vano, no reflejar emoción alguna,
¡pero es tarde ya! ¡para farsas y ritos corpóreos!
cuando la sed infinita se manifiesta
y la saliva ansiosa escasea...
La luz que, tenuemente brillaba, ahora ciega
es que, ¡¿acaso no la ves?!
¡¿quién ha vaciado tu cavidad ocular?!
deja de sangrar y ¡mírame!