Bienvenida la mañana...
la alegría canta, baila, se estremece
desde lo mas hondo de la existencia
y sin embargo la brisa nuevamente trae tu recuerdo
y en el quebranto de la noche canto,
un solemne canto que habla de la placida mañana
en que la vida era mia; llena del apacible viento que te busca,
te nombra y te eleva por los acantilados del mar de éste tiempo,
tan mio, tan breve, tan lejano de remotos continentes.
Somos la continuación de un sueño que segrega dolor
y una extraña ternura que mece al dolor
en una cuna de tiernos y dulces sortilegios...
Entonces el viento en mi tiempo, también es tempestad y es brisa,
es siroco lejano en medio de la quietud de la tarde,
que adormece mi quebranto y danza mas allá de las palabras perdidas
que dicen los locuaces caminantes admiradores de las estrellas,
nada somos y somos todo, encandilados por la luz que brilla
desde lo alto andamos, en medio de éste estrecho camino,
en el que el ser humano es bueno y es malo,
es grande y pequeño al mismo tiempo,
es dulce, es lucido y es un demente que vaga entre la gente,
tras la búsqueda de la callada noche,
tras el sueño ardiente del poeta que busca en su propio tormento
las palabras que reinan en el cósmo
del sediento mundo de sombras y fantasmas que acarician nuestros días
y que moran largamente en nuestras sienes.
El viento en mi tiempo es, tu tiempo,
es la mañana, es la tarde,es la noche,
llenas del callado , silente y piadoso mundo del viejo leñador,
del lejano amante que se marcha,
es la inmensidad del alma de un poeta que desgarra su alma
en la poesía mas allá de su soledad y su melancolía .