Estas palabras aquí vertidas
le hablan al universo de las cosas indefinidas;
he venido hasta aquí a descentrarme, a visitar lo incierto
hiriendo de muerte al miedo;
he venido, al fin, a procurar huellas;
me despierta el aire salvaje de la mañana buzeana
y se agolpan en tropeles, sonidos, aromas y sabores.
Me despojo de mi, y soy mi extraño
y te busco en el salobre mar, azulado intenso
entre sus gotas ancestras de historias innecesarias.
Te advierto en el claro viento y en el seco silencio
de ésta inmensidad imbricada.
No estoy solo, está tu presencia solapada
y la incertidumbre implicada
y entre los pliegues de lo innecesario
sigo siendo yo.