AMADÍS

¡CUASI DIVINO! (SONETO)

 

 

Me pierdo de tu boca por su estela
asido fuertemente a tu cintura,
me llenan de pasión y de dulzura
tus besos, que me saben a mistela.

 

Quitándole el cerrojo a tu cancela
cabalga por tu cuerpo sin montura,
recorriendo frondosa tu pastura
mi corazón ardiente hecho candela.

 

Y dentro con gemidos y vaivenes,
haciendo de tu cuerpo pergamino
en cálido tintero me retienes.

 

Yo jamás recorrí mejor camino;
¡mujer que con tus ansias me sostienes,
haciendo nuestro amor cuasi divino!